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Bruce Lowe y su sistema de numeración de las familias

Cuando se trata de Bruce Lowe y su sistema de numeración de las familias siempre recuerdo una conversación entre hípicos que en una oportunidad escuche, uno de ellos conocedor del trabajo de Bruce Lowe. La discusión se basaba en la potencial calidad que debería tener un ejemplar con siete cruces a la familia uno entre los ochos antecesores que aparecían en la tercera generación de su pedigrí tabulado. Tras su investigación, más de un siglo atrás, Lowe había asignado el número 1 a aquellos animales con una línea materna común, que producía la mayor cantidad de ganadores de las tres grandes carreras clásicas inglesas; el Derby, el Oaks y el St. Leger.  A pesar de tanto “linaje”, el ejemplar en cuestión, no había llenado las expectativas de sus propietarios con su desempeño en la pista, por lo que otro de los participantes en la conversación comentaba...“lo que sucede con el animal es que bota dos 1 a 200 metros de la partida, tres más en el giro de la última curva y los dos restantes a escasos 200 metros para el final” como una manera jocosa de justificar el cansancio  y la desaceleración que este presentaba a medida que iba completando la distancia de la carrera. Esta discusión que para ese momento solo me causo gracia, representa uno de los tantos mitos, controversia y mala interpretación que surgieron después que el trabajo de Lowe fue publicado un año después de su muerte, en 1895, en un libro que llevo por nombre “Breeding Racehorses By The Figure System”

 

Charles Bruce Lowe (1845 - 1894); El Gentil Gigante de Clarence Town.

A pesar de su reconocida reputación en el campo del estudio del pedigrí y la cría del caballo de carrera, así como a lo valioso y perdurable de su investigación, no mucho ha sido escrito sobre la vida de Bruce Lowe. 

Una de estas contadas referencias aparece en la Enciclopedia Británica del Caballo de Carrera.

“Lowe, Profesor, Bruce: Reconocido e influyente estudioso de la cría de caballos” 

​(De acuerdo a la fuente, en esa época, en pleno siglo 19, el término Profesor era usado como un signo de respeto para expertos y catedráticos).

Keith Robert Binney en una revisión de la vida de Bruce Lowe, cuenta que este nació el 4 de Agosto de 1845 en Deptford, Clarence Town, New South Wales. Contador de profesión pero con experiencia en actividades agropecuarias que realizaba en los inmensos lotes de tierras que pertenecían a su padre. Allí, entre otras actividades, Lowe junto a sus hermanos emprendió la cría de animales y desarrolló su habilidad para el juzgamiento de animales de raza. Reconocido estadista y estudioso del pedigrí, además de consecuente articulista en diferentes publicaciones, hace pensar que su nivel de educación fue razonablemente alto. Durante su vida Lowe asesoró y negoció la compra de animales para grandes e importantes criaderos en Australia, Europa y América, pero además y quizás lo más importante, Bruce Lowe dio a conocer el purasangre Australiano a nivel mundial. Lowe seleccionó dos padrillos Australianos para Mr. James Ben Ali Haggin y su inmenso criadero Rancho del Paso ubicado en Sacramento, California. Uno de estos sementales fue Sir Modred (NZ) (1877), por Traducer (GB), el cual alcanzó el título de líder semental en América en 1894 y fue el primero con más de 200 carreras ganadas por sus hijos en un año en ese país. 

La revista Racehorse Australia en una edición de 1922 publicó una carta en la que Mr. Richard H Dangar, amigo de Lowe, hacía una descripción física de este. 

<En apariencia él era muy alto (algunos niños le llamaban “the long, high, Lowe man”, aproximadamente 6’ 7, un verdadero gigante para la época) y delgado, con pelo color marrón y amable por naturaleza, de voz suave, una persona realmente adorable>

​Lowe perdió a su madre apenas al año de nacido, sin embargo nunca le faltó compañía, su padre Williams Lowe un fabricante de barcos el cual murió en 1878, se casó en dos oportunidades y para el momento de su muerte dejó a su segunda esposa y una numerosa familia de 14 hijos. Bruce Lowe nunca se casó y hacia los últimos años de su vida, su vista y su salud en general se fueron deteriorando al punto que, entendiendo que el fin estaba cerca, se mudó a Londres donde aceleró los trámites para que su amigo y editor William Allison, conocedor de su trabajo, se encargara de publicar los resultados de este. Lowe murió en Londres en 1894, su libro “Breeding Racehorse By The Figure System” fue publicado un año después de su muerte sin haber recibido una verdadera revisión y corrección final antes de la publicación, sin embargo, lo práctico, valioso y perdurable de su investigación le permitieron a Lowe alcanzar fama y reconocimiento aun después de fallecido.

 

Su trabajo; El sistema de clasificación de las familias

A través de la historia, la cría del caballo de carrera ha puesto su atención comúnmente en los ancestros machos; el semental, el abuelo materno, la popular posición número 12, todas parcelas del pedigrí que implican la presencia de un antecesor macho. Esta situación en el tiempo de Lowe no era diferente y los criadores de caballos del momento ponían especial atención a los tres sementales considerado fundadores de la raza; Beyerley Turk, Darley Arabian y Godolphin Arabian o a sus tres más importantes descendientes Herod, Eclipse y Matchem. La línea materna y su influencia eran desconocidas y se hacía difícil hacer un seguimiento de los ancestros hembras que la componían. El sistema de clasificación que desarrolló Lowe, estableció un punto de referencia genealógico, un mecanismo numérico fácil de seguir para identificar fácilmente la línea materna de cada caballo hasta alguna yegua que hubiera existido entre el siglo 17 o 18 y que apareciera registrada en el Stud Book Inglés.

Que motivó a Lowe a realizar este trabajo que implicó años de estudiar pedigríes de caballos en Europa, Australia y América? Por supuesto que su pasión por el estudio del pedigrí fue factor importante, pero algunos sugieren que este sistema inicialmente pudo haber surgido con otro propósito muy distinto al que posteriormente se le dio y que le otorgó a Lowe la fama y la aceptación entre los estudiosos del pedigrí a nivel mundial. Algunos de los que han hurgado en la vida y el trabajo de Lowe sugieren que este inicialmente trabajando conjuntamente con “handicappers”, trató de producir un sistema para aumentar el chance de acertar ganadores con el propósito de apostar, pero posteriormente esta línea de investigación se complemento con su conocimiento de la cría, su experiencia en el campo agrario, y abrió ante él un panorama más amplio donde Lowe vio la posibilidad de usar su sistema también para criar ganadores.

Básicamente la investigación de Lowe consistió en agrupar estadísticamente a los ganadores de las tres principales carreras clasicas en Inglaterra; el English Oaks, el Epsom Derby y el St. Leger de acuerdo a la ascendencia en su línea materna, hasta alcanzar la primera yegua (Tap Root Mare) que apareciera registrada en un primer volumen publicado en 1791 por James Weatherby y que sería la base para los siguientes volúmenes posteriormente publicados por el Stud Book Inglés. Esta sucesión de yeguas a lo largo de la línea materna es lo que se conoce en inglés como “the tail-female line”. La línea que agrupó el mayor número de ganadores de las carreras mencionadas fue identificada con el número 1, la siguiente en el orden con el número y así sucesivamente en orden hasta la familia número 34 que por supuesto fue la que reunió el menor número de ganadores. A estas treinta y cuatro familias Lowe agregó nueve familias más que incluía un grupo de yeguas que no produjeron ningún ganador, lo que llevó el número hasta 43 líneas o familias. 

Textualmente Lowe explicaba en una carta a William Allison…“Colocando los números en cualquier pedigrí tabulado, el que lo estudia, puede ver fácilmente que familias se combinan en el pedigrí y ademas si estas pertenecen a alguna de aquellas que se destacan por dar el mayor número de ganadores”. De su investigación, Lowe  propuso que de todas las yeguas registradas en el Stud Book Inglés para la época, menos de veinte jugaban un papel prominente en el pedigree del caballo moderno mientras que tan sólo nueve eran indispensable para obtener un caballo de primera clase. Aunque la clasificación de las líneas maternas de Lowe tenía muchas más implicaciones de las que podemos abarcar en este breve artículo, de una manera simple, solo mencionaremos que de acuerdo a sus conclusiones, tales familias que debían estar sin falta en un pedigri y que él llamó indispensables fueron de acuerdo a su sistema de números; 1,2,3,4,5,8,11,12 y 14

Bruce Lowe comenzaba el capítulo II de su libro con una pregunta…¿Por qué un caballo es superior a otros competidores de su misma generación?. Según él esa superioridad para correr más velozmente no necesariamente descansaba en ser físicamente mejor conformado ya que frecuentemente habían caballos más pequeños, con menores atributos físicos, que derrotaban a aquellos mejor dotados. La respuesta a su pregunta Lowe la resumía así…“Estos (refiriendose a los de mayor calidad) indudablemente tienen una mayor concentración de vitalidad o fuerza nerviosa en sus venas y eso es evidente cada día de carreras”, vitalidad que para él venía precisamente de la mayor presencia entre los ascendentes de un individuo, especialmente en las tres primeras generaciones, de esas líneas o familias que consideraba las más potentes o indispensables.

No hay duda para mi, que gran parte del éxito, popularidad y vigencia del trabajo de Lowe se debe precisamente al hecho innovador (para ese momento) de considerar, identificar y darle importancia a una parte del pedigrí de un caballo que hasta entonces había sido prácticamente ignorada como era la línea materna. Sin embargo, Lowe, inteligentemente, deja claro en su libro que aunque su sistema de clasificación de las familias principalmente identifica y permite determinar el origen materno de un animal hasta la yegua más antigua registrada en el Stud Book, no se puede negar el papel importante que el semental también tiene en la producción de un caballo de carrera.

El mito, la controversia, la mala interpretación


Bruce Lowe tras su investigación estableció algunas teorías que para él, en particular, eran convincentes y bien soportadas. La historia demuestra que otros grandes genios; Copérnico, Galileo, entre otros, también propusieron teorías que fueron sujetas a cuestionamiento e inclusive rechazadas en la medida que el avance del conocimiento y la ciencia profundizaron en la investigación inicial. Pensar que lo mismo no sucediera con el trabajo de Lowes era excesivamente optimista.  

 
Lowe nunca sugirió que su investigación era un descubrimiento basado en un estudio científico profundo, ni tampoco pretendía que este este echara por tierra todo el conocimiento sobre la cría del purasangre que hasta el momento se tenía. Más bien esperaba que sus discípulos y otros estudiosos del pedigrí usando la información obtenida en todos sus años de investigación, sacaran sus propias conclusiones y las tomaran o no de acuerdo a sus propios criterios. A pesar de eso, una vez el trabajo de Lowe fue publicado, muchos respetuosos criadores considerados legítimos representantes del estudio del pedigrí tomaron el trabajo con excesivo entusiasmo y apego. La razón para esto, particularmente pienso, descansaba en lo original e innovador de su trabajo, pero también pudo ser producto de la confianza exagerada que Lowe demostraba en unos resultados obtenido tras la aplicación de un modelo estadístico y más importante aún, en que su sistema de números había sido probado con éxito a nivel de campo.


El párrafo final de la carta que Bruce Lowe envió en Octubre de 1894 a su amigo William Allison, posterior editor de su libro, resume lo optimista y convencido que él estaba de su trabajo y la expectativa que tenía en cuanto a lo que podría significar para la cría del caballo purasangre. Textualmente Lowe cerraba su carta….“Para un estudiante como usted, el sistema abrirá fases nuevas y más interesantes de la cría, que de otra forma no estarían disponibles, este reduce el chance de fallar al mínimo, porque está basado en el sano principio del juzgamiento por resultado. Más aún, yo me atrevo a predecir que este revolucionará en gran extensión los métodos actuales para cruzar al caballo purasangre”.


Es perfectamente comprensible que el tratado de Lowe tuviera errores en la duplicación o fallas en la identificación de algunos ancestros, errores por supuesto que no fueron causados por Lowe, sino que venían siendo arrastrados desde mucho tiempo atrás cuando la falta de un verdadero registro para la raza favoreció que esto sucediera. El descubrimiento del ADN Mitocondrial ha sacado a la luz muchos de estos errores de identificación provocando que algunas de las conclusiones de Lowe con respecto a los miembros de una determinada familia sean incorrectas. Pero Lowe fue injustamente culpado por situaciones que no fueron sugeridas por él en su libro y que se debieron más a otros factores que para su infortunio, coincidieron con el momento en que el libro se publicó y a la pasión fehaciente con que el mismo fue aceptado. 


A principios del siglo 20, la industria del caballo de carrera en Norteamérica, atravesó por momentos de crisis debido en gran parte a la prohibición para apostar o la “Anti-Betting Law” que fue establecida por el estado de Nueva York en 1908. Esto provocó como consecuencia inmediata la disminución en el “pote” de premios, la reducción del número de días de carrera y el cierre de muchos hipódromos que obligó a los propietarios americanos a enviar muchos de sus caballos a Inglaterra en busca de mejores condiciones. El aumento en la exportación de caballos americanos con líneas maternas nativas que no aparecían en los antiguos registros del Jockey Club Inglés, y que por ende no fueron enumeradas por Lowe, provocaron la reacción de la autoridad inglesa que en 1913 estableció una nueva reglamentación conocida como “The Jersey Act”. Esta nueva norma impedía el registro en el Stud Book Inglés de animales que descendieran de las líneas americanas nativas las cuales según los ingleses podían carecer de una comprobada “pureza”. Lo irónico es que a pesar de que Lowe había muerto varios años antes, algunos criadores y propietarios americanos culpaban y se manifestaron con severidad en contra de la numeración propuesta por Lowe a la que hicieron responsable de ser la causante de la discriminación que las familias nativas de Norteamérica estaban sufriendo en Inglaterra.


Sin embargo, no existe ninguna duda para los que han hecho inferencias sobre su personalidad, que de haber vivido lo suficiente para participar de la controversia que sus conclusiones habían generado, especialmente entre los criadores americanos, Lowe no habría dudado en ningún momento en tratar de clarificar la situación y ratificar que sus sistema de numeración de las familias tenía como fin identificar y en ningún momento discriminar y si algunos de los reconocidos sementales americanos de la época, como Lexington (1850), Spendthrift (1862) e Iroquois (1878) y sus descendientes directos e indirectos, fueron “castigados” por las autoridades inglesa, esto no tuvo que ver con ninguna de las conclusiones a las que él había llegado, y al contrario, descartó que el número de la familia que un individuo de reconocida calidad “heredaba” de su línea materna, (por ejemplo familia 12b en el caso de Lexington y 4m en el de Iroquois) debía ser “borrado” por el solo hecho de que entre sus ancestros existieran algunos descendientes de líneas nativas que para ese momento tenían una reputación cuestionada por las autoridades del Jockey Club Inglés.


El trabajo de Lowe también ha sido juzgado y mal interpretado por factores dependientes totalmente de la característica de la raza. Para el momento que él realizó su trabajo, basado en información generada tan temprano como en el siglo 17, las conclusiones a las que llegó en ese momento perfectamente pudieron variar con la dinámica natural de la raza, algo que es evidente en la descripción que Lowe hizo de la familia número 9. Textualmente, Lowe concluía su descripción de la familia número 9 de la siguiente manera…“A pesar de eso, (refiriéndose a las bondades de la familia que había descrito previamente) sería una tarea difícil para el mayor defensor de esta familia, señalar al menos un padrillo de alta clase entre sus miembros”. Sin embargo, ya ausente, Lowe no pudo observar el progreso y el florecer de varios de sus miembros como sementales de gran calidad en Inglaterra y Norteamérica, hasta la actualidad, donde algunos de los padrillos más destacados en la cría a nivel mundial como Galileo, Dubawi y Sea The Stars pertenecen a dicha familia. Sin embargo en el caso de otras familias, las observaciones y la descripción de Lowe se mantienen vigentes hasta nuestros días, como es el caso de la familia 1, la cual continúa siendo la mayor productora de ganadores clásicos a nivel mundial. O la familia 15, la cual casi extinta y de la que Lowe predecía su eventual desaparición. Por lo tanto sería incorrecto utilizar las diferencias observadas en una familia para desmeritar y restarle credibilidad a todo el trabajo que Lowe realizó.

La realidad, la vigencia y la durabilidad

Un punto de partida genealógico, un sistema de identificación, de clasificación, una manera de hacerle seguimiento a la línea materna hasta su origen, posiblemente todo lo anterior es el resultado de una investigación que llevó años de trabajo y estudio de miles de pedigríes en una época en la que ni las computadoras ni el internet estaban disponibles. En la actualidad y en reconocimiento a su esfuerzo, desde las voces más autorizadas hasta los más entusiastas estudiantes del pedigrí, conocen y hacen referencia a su sistema de identificación de las líneas maternas del caballo purasangre, al punto que, esta información es parte importante en bases de datos, publicaciones y catálogos de las más prestigiosas compañías de ventas a nivel mundial. Pero como resaltan algunos de los autores que han escrito sobre Lowe, quizás la principal contribución de su monumental trabajo recae en el impulso que este tuvo en el entendimiento y el desarrollo de la historia del purasangre. La verdad es, que tras la publicación de su libro, muchos tomaron su sistema de una manera descontrolada y existió una marcada tendencia a establecer cruces basados en la repetición única y exclusivamente de las familias consideradas por Lowe como indispensables. Y aunque Lowe, ya fallecido, no era capaz de clarificar y defender los puntos establecidos en sus teorías, muchos estudiosos del pedigrí rápidamente cayeron en cuenta que él, en ningún momento, sugirió ignorar a los buenos caballos solo por el hecho de tener entre sus antecesores una alta influencia de lo que él llamó “outside families” o aquellas familias que simplemente no pertenecían a ninguna de las nueve familias consideradas como indispensables. Por el contrario lo que Lowe recomendó, fue que la calidad de los descendientes de estos, podría ser incrementada “breeding back” o tratando de aumentar la presencia y la influencia en el pedigrí de las familias indispensables. Bruce Lowe fue pionero destacando y resaltando la línea materna, lo original e innovador de su investigación en un área del estudio del pedigrí hasta ese momento ignorada ha permitido que sus conclusiones hayan perdurado y todavía están vigentes, en otras palabras, lo práctico y util de su aporte ha servido y es considerado por cualquier estudioso del pedigrí independientemente de que esté de acuerdo o no con sus teorías.


Una frase que data del siglo 12, y que se atribuye a un filósofo francés de nombre Bernard of Chartres,  conocida como “la metáfora de los enanos” (cuyo significado implica conocer la verdad basado en conocimientos previos) es usada por Binney para resaltar la importancia y el papel de Bruce Lowe como pionero en un área del estudio del pedigrí hasta ese momento totalmente inexistente.

 "If I have seen further, it is by standing on the shoulders of giants”  
(Si he visto más allá, es parandome en los hombros de los gigantes)



Enrique Castillo

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